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Victorias
Luis Nazario Ronaldo
Striker
“No he visto nunca nada igual”.

Compañeros y contrincantes, hinchas y expertos, todos pensaban más o menos lo mismo cuando describían al Ronaldo que vestía los colores de los nerazzurri.

Era básicamente un extraterrestre, algo totalmente diferente a los delanteros vistos en el primer siglo del fútbol. O en otras palabras, era un “Fenómeno”, como lo bautizó la Curva Norte en sus cánticos y ese apodo permaneció con él. “Ronnie” era el Inter. Se mantuvo en el centro del universo futbolístico, ganó la Copa de la UEFA y sólo perdió el Scudetto en dos ocasiones por razones que no sólo se pueden reducir a él y a sus compañeros.

Nadie había combinado antes esa velocidad y técnica. El brasileño redefinió el concepto de delantero y lo propulsó a la era moderna. Massimo Moratti fue capaz de darse cuenta de que, a pesar de todos los años jugando a nivel estratosférico, Ronaldo no era feliz en el Barça y quería marcharse al Inter. Todo salió estupendamente desde el principio. Desde el momento en el que miles de aficionados del Inter lo saludaron mientras él vestia la camiseta del club en lo alto del balcón en Via Durini, hasta cuando el antiguo capitán del Inter Massimo Paganin se perdió en sus habilidades, cuando éste lo esquivó para anotar su primer gol en Italia. Seguramente él no fue el único en darse cuenta de que un delantero como ese parecía imposible de detener, ni siquiera las artes oscuras lo consiguieron. Si las condiciones de juego no eran las ideales, él se volvía más fuerte incluso, como en Moscú cuando bailó sobre el hielo para llevar al Inter a la final de la Copa de la UEFA contra la Lazio.

Ahí, embaucó a Marchegiano de tal manera que acabó en el suelo y sin la necesidad que Ronaldo tocara el balón, así de desconcertado lo dejaron sus acrobacias. Alessandro Nesta fue uno de los mayores defensas de su generación y le pidió educadamente si podía dejar de humillar a todo el mundo cuando la final ya estaba ganada.

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